La inspiración imaginativa parece darse a menudo durante viajes
en tren o en autobús, o en el baño, situaciones que por su monotonía pueden
producir un estado de ensimismamiento, propicio
al trance creativo. En
esos estados de consciencia, las barreras que se oponen al inconsciente caen y se
da rienda suelta a la fantasía y a la imaginación.
Para el especialista, la creatividad es adelantarse
y buscar más allá de las pautas conocidas o los caminos establecidos, generar
ideas que permitan la resolución de problemas o conflictos. Ésta posibilita
lograr cambios y adelantarse a la competencia.
1. Los seis sombreros para pensar: Es
el método más simple y contundente que existe; éste consiste en que cada uno de
los asistentes a reuniones laborales deben ponerse uno u otro sombrero en
función del momento y experimentar una sensación de libertad sin ser juzgados.
Los sombreros blancos (hechos prácticos), rojo (sentimientos), negro
(identificar problemas), amarillo (lógica positiva), verde (alternativas y
soluciones) y azul (autoridad y responsabilidad) harán cambiar el pensamiento
de los individuos sin llegar a ofenderlos.
2. La pausa creativa: Conocida
como la suspensión del razonamiento dice que el experimentar bloqueos mentales
no debe ser causa de frustración, al contrario, son estas interrupciones las
que permiten el rápido flujo y la apertura de nuevas líneas de pensamiento. Las
pausas obligan al profesional a prestar atención a objetivos específicos y
encontrar nuevas ideas.
3. El foco: Es la técnica que va a
permitir centrar la atención a un aspecto que se utiliza como base para generar
proyectos. La idea es identificar lo relevante de un asunto y trabajarlo
posteriormente con toda la creatividad posible.
4. El cuestionamiento: Esto
es algo muy particular, aquí se trata de evaluar si el modo actual de hacer
algo es lo correcto; con las preguntas no sólo se busca una explicación, sino
que se interroga también por qué la manera actual debe ser la única.
5. Las alternativas: Ésta
es la operación básica de la creatividad, pero no es sencilla. En la búsqueda
hay que detenerse cuando se está en una situación en la que el siguiente paso
es fácil, muchas veces se encuentran nuevas y mejores opciones. A veces las
alternativas están dadas, sólo es cuestión de elegir.
6. El abanico de conceptos: Por
medio de tres niveles, el profesional puede encontrar formas que se convertirán
en el punto fijo para ideas alternas: las direcciones, que es la manera de
concebir algo; el concepto, que es el método para hacerlo; y la idea, que es
poner en práctica lo que se percibe.
7. Provocación y movimiento: En el
camino surgen proyectos por accidente o error, pero no hay que esperar a que
todo ocurra por azar, esta técnica permite al profesional ser temporalmente
loco y explotar su creatividad, generando alternativas que no interesan si son
o no correcta, sino que permitan desplazarse.
8. La aportación al azar: Se
vuelve la técnica más simple para producir nuevas líneas de pensamiento e ideas
a las que no se hubiera llegado mediante procedimientos lógicos o analíticos.
Ésta resulta valiosa en situaciones de estancamiento y bloqueo, cuando no se
sabe por dónde empezar.
9. Técnicas de sensibilización: Consiste
en proponer algo “para ver qué sucede”, el propósito incorporar ideas en la
mente a fin de generar líneas de pensamiento, aprovechando que, al estimular
ciertas áreas del cerebro, éstas se preparan para tomar parte en las siguientes
secuencias.
Edward De Bono, autor de El pensamiento creativo
No hay comentarios:
Publicar un comentario